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Mucho se ha hablado del asistente de cámara que logró quedarse con el corazón de Tanza Varela… Una relación que nació entre miradas cómplices, mensajes secretos y reuniones a escondidas de los productores a cargo. Todo terminó con el joven fuera del proyecto, ante lo que fuentes internas explican: “él tenía que ir a filmar una película”… Curioso que justo después que se filtró un beso, una palmada en el trasero y la frase “nos vemos afuera”, el profesional nunca más se vio en las inmediaciones de Lonquén…
Luego de desplegar nuestras redes informativas dimos con un nombre… Juan Abrigo, como era conocido entre sus compañeros, pero lo cierto es que su identidad es Francisco Abrigo, un joven bastante quitado de bulla, vegetariano y que logró conquistar a la chica rebelde de “Año 0”, Tanza Varela gracias a su aura de misterio y hermetismo, muy alejado de personalidades como Juan de Dios, quien goza de una labia excepcionalmente desagradable para algunos.
El asistente de cámara tenía el turno de la tarde, 16:00 a 00:00, en cuanto a grabaciones, se llevaba muy bien con el resto de sus compañeros, quienes lo califican como “tranquilo, buena onda, era bien mino, además que era como piola, siempre en su onda artística, con el cine, las realizaciones independientes. Todo eso lo hacían más atractivo”, confiesa una de sus colegas.
Lo cierto es que entre su desempeño, el joven de 27 años, comenzó a ser presa de seducciones a lo Tanza Varela… jugueteos con la cámara, voz seductora, caminadas de fiera en celo y mensajes escondidos que volvieron el asunto en una especie de reality aparte, marcado por eso que le gusta tanto a las niñas malas… ir contra todo lo establecido, romper las reglas y los “hippies alternativos”, como muy bien lo describe nuestro reportero encubierto. Otra ventaja del idilio era la información que manejaba el mozalbete, quien sabía perfectamente donde no habían circuitos… o sea creaban sus propios matorrales.
Dueño de una voz ronca Francisco se convirtió en el gran enemigo de Claudio Valdivia, que en una oportunidad encaró a su “Dulcinea” culpándola de llevar 2 meses coqueteando con el galán tras cámaras, que silenciosamente supo entretejer un romance de cuento, lleno de pasión y lujuria como bien lo afirman ex miembros del encierro: “Era súper emocionante porque se notaba que ella le hacía ojitos, le mandaba cartas, le decía cosas, le pegaba palmadas, se juntaban en lugares donde no había cámaras. Allá oscurece temprano así que se despedían como Dios manda antes que él dejara su turno jajaja”… Como ven un cuento de hadas, sólo que en este caso era al príncipe a quien se le acababa el hechizo, o más bien el turno a las doce de la noche… qué historia no…
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